Falcon
LAS SILLAS DE CARDÓN
Paraguaná - Estado Falcón
Muebles típicos de la región falconiana, fabricados mayormente en Paraguana por la gente de Moruy. La madera utilizada proviene de una especie de cardón llamada localmente Lefaria, la cual tiene una dependencia ecológica por los servicios de polinización y dispersión de semillas aportados por murciélagos nectarívoros. Por otra parte, la fibra utilizada tradicionalmente para estos muebles no proviene del maíz. La misma es obtenida de una bromelia terrestre denominada localmente Carrua. Esta planta habita únicamente en bosques deciduos del Cerro Santa Ana, los cuales ocupan un piso altitudinal medio de este monumento. Por esta razón, la planta Carrua esta sujeta a un régimen de protección particular debido su aprovechamiento local y esto ha generado limitaciones en la disponibilidad de materia prima para los artesanos. En algunas ocasiones esta fibra ha sido sustituida por maíz, cambur o la hierba acuática henea. El uso de la madera de Lefaria sin planes de manejo que consideren la dinámica poblacional de esta planta, también ha generado impactos sobre esta especie de cardón en algunos sectores de la península donde sus densidades han disminuido.
El cardón es la gran fuente de vida de la tierra, fuente de agua, de esperanza. Madera de hombres, blanca y dúctil. Madera con la que el recio verano hizo al hombre de Paraguaná.El cardonal abre sus brazos al inmenso azul para alumbrar soles de ilusión. De las espinas también surge el dulzor del dato o el agua que se almacena durante todo el año. El cardón, que sustenta los rebaños del paraguanero, también le da descanso al hombre en la media tarde del café puntual o en la nochecita de contar estrellas o historias de ceretones y duendes.
La fuerza del hombre, lo amable del cardón. La familia que se reúne en torno al hacer. Las formas que van surgiendo del trabajo en común. El cardón y el maíz, surgidos de la tierra paraguanera, se unen en las resistentes sillas. ¿Cuándo comenzó la tradición?, ¿Quién transmitió el hacer?. Poco se sabe. Las sillas de cardón están ahí, son parte de la vida de la tierra agreste, de soles inclementes, de nortes ariscos, pero también de brisa prodiga y gestos solidarios.
La silla de cardón aguarda por el viajero, recostada en la entrada de la cocina o en el zaguán de ladrillos terracota. La silla de cardón sabe de espera, pero también de un pueblo que cuenta su historia de generación en generación, de un pueblo de contadores fieles a la vida y la tradición. Las sillas de cardón pueden venir de El Vínculo o Moruy, de Cuabana o Sicaname, de Charaima o Santa Ana. Siempre ofrecerán su estoica resistencia, su grato respaldar.
Las sillas de cardón, las sillas de maíz, las sillas de la tierra… pueden salir de las manos de Ruperto o de William, de Guillermo o de José, de Diosa o de María… de la gente sencilla que fabrica elementos de utilidad con los materiales del entorno.
Las sillas de cardón representan el reposo del viajero, la conversación fraterna, la entrada franca que el paraguanero ofrece al visitante. Las sillas de cardón son parte fundamental de las casas tradicionales desperdigadas por la geografía peninsular. Su poesía esencial es parte de esos hombres curtidos en el trabajo que cada día, con fe y esperanza, construyen la vida.
VIDEO REALIZADO POR VENAVENTOURS.COM
EN PARAGUANÁ ESTADO FALCÓN
Las sillas de cardón representan el reposo del viajero, la conversación fraterna, la entrada franca que el paraguanero ofrece al visitante. Las sillas de cardón son parte fundamental de las casas tradicionales desperdigadas por la geografía peninsular. Su poesía esencial es parte de esos hombres curtidos en el trabajo que cada día, con fe y esperanza, construyen la vida.
Texto Inicial: Ing. José Ochoa
Autor del Relato: Isaac Abraham López.