Mérida
LA COLA LUZ CARABALLO
PERSONAJES, Personajes en APARTADEROS, Mérida, Venezuela
La loca Luz Caraballo es un personaje de la cultura popular venezolana de la región de los Andes, especialmente del Estado Mérida e inmortalizada en la literatura por el escritor y poeta Andrés Eloy Blanco. El personaje es legendario y conocido por tradición oral de las localidades de Timotes, Mucutujote, Chachopo y Apartaderos.
Luz Caraballo parece un nombre de leyenda al no existir documentos ni memorias sobre alguien que se llamase como tal en la región. El nombre fue dado por Andrés Eloy Blanco a una mujer considerada como "loca" en las zonas aledañas a Timotes, el pueblo dónde Juan Vicente Gómez confinó al escritor en 1932, durante su dictadura.
Jesús María Espinoza Marín, citado por Silvana Stea en su publicación "Tras los pasos de la loca Luz Caraballo", sostiene que el personaje podría referirse a "Lesmichimío", una mujer de Timotes a quien conoció Andrés Eloy Blanco, de acuerdo con Espinoza. La sustentación del argumento intenta relacionar versos del "palabreo de la Loca Luz Caraballo" con aspectos que lega la tradición oral acerca de esta mujer cuyo marido Lesmes fue reclutado por el ejército al igual que sus hijos y como resultado "enloqueció". Otros investigadores de la Universidad de Los Andes dan como nombre de la mujer el de Blasa Ramírez, conocida como "la loca Blasa", habitante de la aldea de El Cacho y recordada por algunos ancianos por su errante caminar entre los pueblos de la zona. Blasa es otra persona distinta a Lesmichimío y murió el 11 de noviembre de 1955; no se le conoció marido ni hijos, lo que desconcuerda con la narrativa de Andrés Eloy Blanco, coincidiendo solo en sus travesías,1 aunque algunas referencias exponen descendencia.
El nieto de María Blasa, Alvio Alfonso Briceño escribió un libro donde afirma ser nieto de la Loca Luz Caraballo. En él recopila los datos reales sobre el personaje, destacando que:
Su nombre real es María Blasa Rivas. Nació en 1885 en el pueblo de Jajó, estado Trujillo.
Tuvo dos hijos, un varón y una hembra. Por lo tanto, los cinco hijos que relata el poema de Andrés Eloy Blanco son ficticios.
Ninguno de sus hijos quiso hablar más acerca de su madre, al grado tal de que Alvio Alfonso Briceño se enteró de su parentesco con María Blasa Rivas en el año 2004.
No era callejera ni andaba con varios hombres.
No se conoce el motivo de su locura, que se limitaba a simples desvaríos, no como las leyendas retratan. Solía extraviarse en los caminos de los Andes y pobladores del área la ayudaban a regresar a su casa.
En 1927, a los 42 años, salió por última vez de su casa para nunca más regresar. Familiares, amigos y gente de comunidades vecinas se dieron a la tarea de buscarla por atajos y veredas y no se le encontró, ni viva ni muerta. Simplemente desapareció.
Los campesinos llenaron de mitos los caminos de sus andanzas, creando huellas y seguros de verla en presencia fantasiosa como un ánima en pena, razón por la cual se convirtió en leyenda.
La imaginación popular hizo de ella un alma milagrosa y hasta le imploraban favores en sus oraciones alumbrando con velas y favores su recuerdo.
Las leyendas identifican a la loca Luz Caraballo como una mujer de la época independentista, siendo así uno de los argumentos de su "locura" el hecho de que dos de sus hijos se fueran tras el ejército de Bolívar, lo que se asocia por demás con el verso del palabreo que refiere que dos de sus hijos se fueron tras un hombre a caballo. Según la leyenda, ella señaló la ruta contraria a los españoles para que no siguieran a Bolívar en su cruce por los Andes.
Diversos autores han intentado descubrir una mejor realidad detrás del personaje de Luz Caraballo, para lo que se valen del análisis narrativo de la obra de Andrés Eloy Blanco. Incluso algunos alegan que la loca Luz Caraballo fue un elemento narrativo del poeta como "fenomenología de la vida cotidiana de la época, donde se describe la experiencia de exclusión en que vivió el pueblo venezolano en el contexto del gobierno gomecista"
De Chachopo a Apartaderos
Camina luz Caraballo
con violetitas de Mayo
con carneritos de Enero
Inviernos del ventisquero
farallón de los veranos
con fríos cordilleranos
con riscos y ajetreos
se te van poniendo feos
los deditos de tus manos
La cumbre te circunscribe
al solo aliento del nombre
lo que te queda del hombre
que quien sabe a donde fue
Cinco años que no te escribe
Diez años que no lo vez
y entre golpes y traspiés
persiguiendo tus ovejos
se te van poniendo viejos
los deditos de tus pies
El hambre lleva en sus cachos
algodón de sus corderos
tu ilusión cuenta sombreros
mientras tu cuentas muchachos
una hembra y cuatro machos
Subida, bajada, brinco
y cuando pide tu ahínco
frailejón para olvidarte
la angustia se te reparte
uno, dos, tres, cuatro, cinco
Tu hija esta en su serrallo
dos hijos se te murieron
los otros dos se te fueron
detrás de un hombre a caballos
La Loca Luz Caraballo
dice el decreto del juaz
porque te encontró una vez
sin hijos y sin carnero
contandito los luceros
seis, siete, ocho, nueve, diez.
Andrés Eloy Blanco