En las representaciones de las figulinas generalmente se señala a la mujer como fuente de vida, como productora de gran vulva triangular y pequeños senos, con ojos grandes y alargados semejando un grano de café, pequeños brazos y piernas arqueadas. Su cabeza grande y aplanada, debido a la deformación craneal practicada para ese entonces, aunque también se piensa eran grandes máscaras usadas en los ritos y ceremonias, siempre adornadas con incisiones en la parte alta de la cabeza, en ocasiones podemos observar narigueras, zarcillos o pendientes y collares en forma de líneas y puntos. Estas figulinas representan lo maravilloso de la femineidad relacionada con la madre tierra, productora de nuestra esencia. Las técnicas cerámicas eran utilizadas con gran dominio y de una interpretación plástica única en América, donde la labor artesanal se convierte en una obra de arte y da testimonio de la sensibilidad de nuestros primeros habitantes.En la representación de las pipas fumadoras, también elaboradas en arcilla o terracota, con formas generalmente zoomorfas, semejando un pene, ya que el hombre era el responsable de la fertilidad, representada en las pipas. El Chamán o jefe de tribu adoptaba la forma y características de algún animal como el mono, ardilla, rana, murciélago, caimán, y eran utilizados en los ritos mágico-religiosos, en curaciones o sanación de los enfermos, donde se quemaba tabaco, vainilla o zarrapia. Solo el chamán podía usarlas, la comuna fumaba tabaco. Las réplicas son elaboradas en terracota o arcilla, a través de la técnica del modelado utilizando un engobe de la misma arcilla para cubrir las piezas después de cocidas para dar un aspecto antiguo o recién enterradas. Su producción es totalmente manual quemadas horno de leña o eléctrico.Ese mismo interés el cual mencioné al principio, me ha trasladado al momento y al instante cuando mis antepasados femeninos realizaban esa labor tan rústica.
Al sentarme a trabajar en mi Taller me puedo trasladar con mi imaginación, sentada al lado de una alfarera indígena, ayudándome y orientándome en como llevar mi pieza a su más fiel representación. Es para mí un acto muy especial, delicado, por eso elaboro mis piezas con mucha calma y en la más completa armonía con mi entorno, tratando de captar todo ese misticismo y simbolismo utilizado por mis ancestros. El momento de la quema de las piezas en el horno de leña estatalmente mágico, poder observar como el fuego abraza la madera y envuelve todo en calor. Contemplar luego de transcurrir algunas horas como se ven las piezas cubiertas en cenizas y aún calientes sacarlas del horno. Todo se convierte en un ritual maravilloso, siempre con algunos inconvenientes, a veces se fracturan las piezas perdiéndose totalmente el trabajo realizado. Pero todo forma parte de una rica experiencia, cada quema es diferente a la otra y cada una llena de gratificación. Es mi intención dar a conocer y difundir tan preciado legado, que llegue al más lejano rincón donde cualquier persona al contemplarlas pueda sentir esa placidez que llevan consigo estas réplicas. Para las vasijas o cuencas utilizadas para guardar granos, agua, o en algunos casos pociones o ungüentos medicinales. Existen algunos de forma antropomorfa y zoomorfas e incluso algunos fitomorfas, algunas con apéndices lineales y coloreadas con engobe blanco, marrón, beige. De una o dos bocas, algunas eran utilizadas en ceremonias o actos rituales.Valorar y exaltar nuestras raíces, dentro y fuera de mi país solo así sabremos de donde venimos y reafirmamos nuestra identidad.